Conducir un taxi: las situaciones más inusuales

Realmente es increíble las cosas tan raras que pueden pasar cuando conduces un taxi. Una noche de invierno me llegó un pedido con una dirección por la radio. Tuve que recoger a alguien desde allí. Cuando llegué había una mujer anciana de unos 80 años. Le ayudé a subirse al coche y me dio amablemente las gracias. No intercambiamos ni una sola palabras durante todo el viaje salvo la dirección a la que tenía que llevarla.

Pensé que era uno de esos pasajeros silenciosos. Después de mucho tiempo llegamos al lugar de destino y le dije a la anciana cuál era la cantidad que tenía que pagarme. Ella no se movió y tampoco hizo nada, por lo que repetí lo que le había dicho sin recibir ninguna respuesta de su parte. Entonces decidí bajarme del taxi y acercarme a ella cuando me di cuenta de que no respiraba.

Estaba en shock. Tenía la sensación de que era un asesino. Llamé a la policía y les expliqué lo que había ocurrido. Finalmente se la llevaron. Recuerdo que no pude dormir aquella noche.

Otra historia divertida cuando conduces un taxi

Nunca sabes cuándo ocurrirá una situación poco usual cuando conduces un taxi. Un día tuve que recoger a dos hombres extranjeros del aeropuerto y llevarlos a su hotel. Cuando llegamos, y mientras uno de ellos me estaba pagando y el otro bajando las maletas del coche, me di cuenta de que había una mujer anciana de unos 70 años esperando un taxi. Cuando aquellos hombres se habían ido, rápidamente le ofrecí a la mujer mis servicios. Finalmente se subió y me indicó la dirección.

De repente, cuando estábamos en la carretera, empezó a gritar muy fuerte de que alguien estaba intentando abrir la puerta del coche. Al parecer pensó que el hombre estaba intentando asaltarla tanto a ella como al taxista, por lo que insistió en ir más rápido pero el tráfico no lo permitía. Cuando nos acercamos a una farola el hombre seguía intentando abrir la puerta. Al mirarlo de nuevo me di cuenta de que era uno de los hombres a los que había dejado en el hotel. Al parecer se habían dejado una maleta en el coche y querían pillar el taxi para recogerla. Por suerte todo acabó bien.